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Me pidieron un artículo de opinión desde la Agencia Sync sobre un tema que, dos días después, valoraron que ya era demodé.

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Me llamo Mar y durante 25 años trabajé en el medio audiovisual. Inicialmente como presentadora, actriz y modelo publicitario. Y luego, con mi propia empresa, una pequeña pyme pionera con la cual ayudé a más de 400 directores de cine a visibilizar sus trabajos creativos por todo el mundo. En 2013, me puse a investigar la basura después de una conversación con DiegoQuemada-Diez , uno de mis directores quien, tras estrenar en San Sebastián su opera prima “La Jaula de Oro”, me dijo que “el Primer Mundo le hacía comer su basura al Tercer Mundo”. Mis investigaciones me llevaron a cambiar totalmente mi forma de entender la vida y nuestra historia como civilización. En la escuela no nos enseñan lo básico: la energía es la que nos ha dado alas para tener nuestra actual sociedad y el cambio climático amenaza con destrozarlo todo. En ese momento abrí este  blog para escribir el que hasta ahora fue un primer artículo de opinión con todos mis descubrimientos . Tras el shock y después de una s

Preocupación

A la vista de los últimos acontecimientos de mi país, empiezo a preocuparme mucho. Primero eliminamos la pluralidad del ente público llamado RTVE, convirtiéndolo en una muestra de único pensamiento político. Después vinieron los recortes sociales, muy presentes en las partes más necesarias de cualquier entramado del bienestar de todos: la sanidad, la educación y la cultura. Con la educación hemos ido más lejos, asegurándonos de que las nuevas generaciones sepan cada vez menos y necesiten más de un dinero extra para su "culturización". No contentos con esto, acabamos de manifestar abiertamente que creemos que las mujeres necesitan de la tutela del Estado para su "correcta" educación y vida. Y en consecuencia, hemos creado la actual ley del aborto (Ley de Salud Sexual e Interrupción Voluntaria del Embarazo) que nos hace retroceder con un gigantesco paso a los tiempos anteriores a mi niñez (1985). Pero lo más perverso es que esta ley retrograda y teocrática ha sido u